Hay decisiones que se toman por intuición. Otras, por estrategia.
Elegir los colores para un PLV debería estar más cerca de lo segundo.
Porque aunque todos tengamos una idea más o menos formada de qué color transmite qué, lo cierto es que cuando hablamos de materiales impresos, superficies reales y contextos de tienda, la teoría se queda corta. Y a veces, los colores que en pantalla funcionaban como un tiro, en tienda pasan completamente desapercibidos.
Este artículo no es solo una guía de psicología del color. Es una recopilación práctica basada en nuestra experiencia diseñando y fabricando miles de PLVs para marcas de gran consumo y farma. Vamos a ayudarte a elegir mejor.
Antes de hablar de gamas, hay tres factores clave que influyen en cómo se ve un color en un PLV:
Aquí tienes una guía actualizada de qué transmite cada color y en qué tipos de campañas funciona especialmente bien:
Limpieza, pureza, sencillez. Muy usado en productos premium, farmacéuticos o tecnológicos. Ideal como base cuando quieres resaltar un mensaje o equilibrar una gama muy saturada.
Optimismo y energía. Tiene mucha visibilidad, pero mal usado puede resultar agresivo. Funciona bien en promos, campañas juveniles o para atraer la vista hacia una parte concreta del PLV. Siempre combinarlo con tonos más neutros para evitar fatiga visual.
Fuerza, urgencia, vitalidad. Uno de los tonos más llamativos, pero también más arriesgados. Funciona bien en campañas estacionales (Navidad, San Valentín), pero úsalo con moderación en fondos. Mejor para llamadas a la acción, ofertas o promociones.
Cálido, apetecible, dinámico. Perfecto para alimentación, promociones de impulso o lanzamientos. Tiene mucha visibilidad sin resultar agresivo y genera sensación de energía positiva.
Confianza, calma, profesionalidad. Recomendado para productos de salud, cuidado personal, tecnología o servicios. Suele funcionar mejor en tonos medios o combinados con blanco para no parecer frío.
Naturalidad, sostenibilidad, frescura. Perfecto para productos bio, cosmética, alimentación saludable o iniciativas con valores ecológicos. Muy versátil según su tono: los más oscuros aportan calma y los más vivos, energía.
Ternura, cercanía, empatía. Muy habitual en campañas de cuidado personal, productos para público femenino o acciones de sensibilización. Los tonos más intensos se están usando cada vez más también en campañas atrevidas con códigos pop.
Misterio, sofisticación, diferenciación. Poco utilizado, pero muy útil para destacar productos premium, gamas de noche o perfumería. Bien combinado, da mucha personalidad al PLV.
Honestidad, tierra, tradición. Útil en productos gourmet, cafés, productos de origen artesanal o sostenibles. No llama tanto la atención, pero transmite mucha coherencia en categorías donde se busca autenticidad.
Elegancia, impacto, sobriedad. Es un color potente y muy eficaz en PLVs de gama alta. Pero cuidado: absorbe luz y puede perder presencia si no se combina con elementos que lo contrasten bien.
No hay una fórmula mágica, pero sí buenas prácticas:
El color no solo “entra por los ojos”. También influye en la toma de decisiones del shopper, en la atención que prestamos al PLV y en cómo recordamos esa experiencia. Un color mal elegido puede ser la diferencia entre un stand ignorado y una campaña que funciona.
En Tromográfic trabajamos cada día con equipos de marketing para ayudarles a elegir no solo un diseño bonito, sino un diseño que funcione en el mundo real.
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